creativos

El drama de ser creativo en nuestro entorno laboral.

Son los peores pagados en la agencias y consultoras, sin embargo una persona verdaderamente creativa ¡es tan difícil de encontrar! De aquí me surge la necesidad de escribir unas líneas en defensa del creativo.

Las personas creadoras son especialmente observadoras y valoran las experiencias percibidas (sin engañarse nunca a si mismos) con más intensidad que otras gentes.

Ven la cosas como los demás, pero también las ven como otros no son capaces de verlas.

Están dotadas de mayores capacidades mentales. Tienen gran habilidad para retener muchas ideas a la vez y para comparar entre sí grandes cantidades de datos, realizando así una lectura trasversal de la realidad.

Son, por constitución, resistentes, y tienen a su disposición recursos imaginativos para tolerar la frustración.

Su percepción de la realidad es idealista, romántica. Esto hace que su universo sea más complicado y vivan también, por lo general, una vida más compleja.

Tienen más contacto que otras personas con la vida de lo inconsciente, con la fantasía, el ensueño, el mundo de la imaginación.

El proceso de creación requiere algo más que una simple mente racional, pues la mayor parte del pensamiento original no tiene expresión verbal. Crear es un tanteo de «ensayo y error», experimentación gobernada por las ideas y los presentimientos intuitivos, con ese miedo a saltar a lo desconocido que provoca el lienzo en blanco, la pantalla en blanco, el papel en blanco.

La mayoría de los hombres de negocios son incapaces de generar un pensamiento original, porque no pueden escapar  a la tiranía de la razón. Su educación en carreras superiores les ha bloqueado la imaginación… si alguna vez la tuvieron. La creación requiere otro perfil. De aquí la necesaria defensa del creativo.

Por tanto, encontrar y trabajar a gusto con personas creativas es una experiencia memorable y cuando ocurre y se da el extraño caso de que los planetas se alineen a nuestro favor, el resultado habrá de ser feliz, luminoso, brillante.

De aquí mi sincera y justificada defensa del creativo.